Cuando nuestras células se estresan, liberan distintas moléculas que actúan como una señal de que algo va mal para informar a las células vecinas o de un poco más lejos.

Cuando nuestras células se estresan, liberan distintas moléculas que actúan como una señal de que algo va mal para informar a las células vecinas o de un poco más lejos.
La obesidad, definida como una acumulación excesiva de grasa en varios órganos y partes del cuerpo, es una condición multifactorial, crónica y progresiva que conduce a consecuencias metabólicas y psicosociales adversas.
La diabetes constituye un importante factor de riesgo para el desarrollo de numerosas patologías, entre las que destacan las enfermedades cardiovasculares.
La diabetes mellitus (DM) se ha convertido en uno de los principales desafíos de salud pública a nivel mundial.
Las formas más comunes de diabetes mellitus son la diabetes mellitus tipo 1 (DM tipo 1) y la diabetes mellitus tipo 2 (DM tipo 2).
En España, en el año 2015 aproximadamente un 0,46% de los embarazos ocurrieron en mujeres que viven con diabetes (52% diabetes tipo 1 y 48% diabetes tipo 2), lo que supone un aumento del 60% con respecto al año 2009.
La diabetes mellitus tipo 2 (DM2) es una enfermedad crónica que afecta a millones de personas en todo el mundo, y su prevalencia tiende a aumentar, especialmente en la población de adultos mayores.
¡Ya llegan! ¡Por fin dispondremos de fármacos útiles y seguros para el manejo de la obesidad! Obesidad ¿pero no hablamos de diabetes?
La insulina es la base del tratamiento de las personas con diabetes tipo 1 (DM1) y suele ser necesaria en los pacientes con diabetes tipo 2 (DM2) a medida que la enfermedad progresa.
El concepto amplio de “esteatosis hepática” engloba varios procesos relacionados con el depósito de grasa en el hígado y reacciones inflamatorias asociadas, que tienen distinto nivel de riesgo de desarrollar complicaciones.