La evidencia científica en materia de diabetes y ejercicio es algo que ya todo profesional sanitario, y profesionales de ciencias de la salud en general, tienen asumido y contrastado.

La evidencia científica en materia de diabetes y ejercicio es algo que ya todo profesional sanitario, y profesionales de ciencias de la salud en general, tienen asumido y contrastado.
Cuando nos acercamos a conocer el mundo de la salud de las mujeres, y específicamente de la etapa que rodea la menopausia, nos encontramos con un mosaico de mitos, tabúes, mezclas de conceptos y aspectos vinculados a la patologización, medicalización e invisibilización de esta fase de la vida.
En la edad pediátrica la diabetes mellitus tipo 2 (DM2) es mucho menos frecuente que la diabetes mellitus tipo 1 (DM1), sin embargo su incidencia está aumentando en las últimas décadas debido al incremento tan importante de las tasas de sobrepeso y obesidad en la infancia y adolescencia.
La obesidad representa un importante problema de salud pública con grandes implicaciones en el gasto sanitario, se estima que el 35% de los varones y 40% de las mujeres tienen obesidad en EE UU. Diferentes proyecciones predicen que, en el año 2030, alrededor de un billón de personas serán obesas, es decir, aproximadamente un 20% de la población mundial.
La obesidad está asociada con un mayor riesgo de desarrollar Síndrome Metabólico (SM), Diabetes Mellitus Tipo 2 (DM2), enfermedades cardiovasculares (ECV), entre otras condiciones crónicas, conllevando también una probabilidad aumentada de muertes prematuras e incremento de la mortalidad general.