En las últimas semanas, se ha producido en muchos países un desabastecimiento del grupo de los medicamentos análogos del GLP-1, medicamentos aprobados para mejorar el control glucémico en adultos con diabetes mellitus tipo 2 (DM2).

En las últimas semanas, se ha producido en muchos países un desabastecimiento del grupo de los medicamentos análogos del GLP-1, medicamentos aprobados para mejorar el control glucémico en adultos con diabetes mellitus tipo 2 (DM2).
La enfermedad conocida como diabetes mellitus es un trastorno metabólico complejo, caracterizado por la presencia crónica de niveles altos de glucosa en sangre (hiperglucemia) como consecuencia de una secreción o acción defectuosa de la insulina.
En la edad pediátrica la diabetes mellitus tipo 2 (DM2) es mucho menos frecuente que la diabetes mellitus tipo 1 (DM1), sin embargo su incidencia está aumentando en las últimas décadas debido al incremento tan importante de las tasas de sobrepeso y obesidad en la infancia y adolescencia.
Aunque cada vez el término «alimento ultra-procesado» nos parezca más familiar, se trata de una referencia relativamente nueva.
Los disruptores endocrinos son compuestos químicos, en su mayoría derivados de la actividad industrial, que pueden afectar negativamente a nuestra salud.
La obesidad infantil se ha convertido en uno de los problemas médicos y de salud pública más importantes. Su etiología es multifactorial y en ella interaccionan factores genéticos, biológicos y ambientales.
Como todos sabemos, el sobrepeso y la obesidad es un problema que va en aumento en la actualidad. A nivel cardiovascular, se asocian con un mayor riesgo de sufrir eventos cardiovasculares, existiendo una relación estrecha con el riesgo de desarrollar enfermedad coronaria, y muy especialmente insuficiencia cardiaca (IC).
El control de la obesidad y del sobrepeso debe ser una parte fundamental del tratamiento global de la diabetes, por varios motivos.
Aunque la diabetes tipo 1 es considerada una enfermedad de pacientes delgados o con normopeso, lo cierto es que la experiencia clínica indica que también afecta a pacientes con sobrepeso u obesidad.
Que promover la pérdida de peso es una acción beneficiosa en presencia de obesidad, pero también en sobrepeso, es un hecho. No solo se asocia a menor riesgo de patologías, sino a una disminución de la mortalidad por cualquier causa.