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Diabetes tipo 2 y cerebro: una conexión que no debemos ignorar

Mercè Abad.
Insitut de Recerca Vall d’Hebron, Universitat Autònoma de Barcelona (VHIR).
Olga Simó.
Servicio de Endocrinologia y Nutrición, Hospital Universitario Vall Hebron, Barcelona.
Dic 11, 2025

La diabetes tipo 2 (DT2) se ha convertido en una de las principales epidemias del siglo XXI. Sabemos desde hace décadas que aumenta el riesgo de complicaciones cardiovasculares, renales y oculares, pero existe un órgano diana cuya relación con la diabetes no es tan conocida: el cerebro.

El impacto de la diabetes en la función cognitiva es una realidad cada vez más evidente. Diversos estudios han demostrado que las personas con DT2 presentan un mayor riesgo de deterioro cognitivo y de demencia, como el Alzheimer. Esto implica que los pacientes no solo deben afrontar el reto del control glucémico, sino también la dificultad añadida de padecer déficits de memoria, atención o capacidad de aprendizaje.

“El cerebro es un órgano diana silencioso en la diabetes tipo 2.”

Este artículo pretende:

  • Alertar de la relación entre DT2 y deterioro cognitivo.
  • Presentar herramientas de cribado accesibles.
  • Analizar el papel de la monitorización continua de glucosa (MCG) en este contexto.
  • Destacar la importancia de la educación diabetológica estructurada e individualizada como herramienta para mantener la autonomía y la calidad de vida en los pacientes de edad avanzada.

LAS CIFRAS SON CONTUNDENTES: LAS PERSONAS CON  DT2 TIENEN ENTRE 1,5 Y 2 VECES MÁS RIESGO DE  DESARROLLAR DETERIORO COGNITIVO Y DEMENCIA QUE  LA POBLACIÓN GENERAL

¿Qué sabemos de la diabetes y el deterioro cognitivo?

Las cifras son contundentes: las personas con DT2 tienen entre 1,5 y 2 veces más riesgo de desarrollar deterioro cognitivo y demencia que la población general (1,2). Este fenómeno se explica por múltiples mecanismos que actúan de manera conjunta:

  • La hiperglucemia crónica daña los vasos sanguíneos cerebrales, favoreciendo la enfermedad de pequeño vaso.
  • Las hipoglucemias inadvertidas y recurrentes, que son frecuentes en pacientes de edad avanzada con múltiples fármacos, se asocian a mayor riesgo de caídas, hospitalizaciones y también a deterioro de la memoria y la atención (3,4).
  • Los procesos de inflamación crónica y el estrés oxidativo aceleran el envejecimiento cerebral, favoreciendo la neurodegeneración.

Existe una entidad, que es el preludio de la demencia, denominado deterioro cognitivo incipiente (DCI), que es cuando existen alteraciones en los tests neuropsicológicos pero estas no suponen ningún impacto relevante para las actividades básicas del individuo. Su detección temprana resulta esencial, pues ofrece una oportunidad para ajustar los objetivos de control glucémico, optimizar el tratamiento farmacológico y reforzar la educación terapéutica antes de que la pérdida funcional sea irreversible.

¿Cómo detectar el deterioro cognitivo en diabetes?

En la práctica clínica necesitamos herramientas accesibles y fiables para evaluar la función cognitiva de los pacientes con DT2.

Una de las más utilizadas es el Montreal Cognitive Assessment (MoCA), un test breve que explora memoria, atención, lenguaje y funciones ejecutivas. Es más sensible que el Mini-Mental State Examination (MMSE) para detectar fases iniciales de deterioro, lo que lo convierte en una opción muy útil en la consulta (6).

Otra herramienta emergente y en fases de validación es la microperimetría de la retina, una técnica oftalmológica que evalúa la sensibilidad retiniana y la fijación de la mirada (7). La retina, como ventana de acceso al cerebro, puede reflejar cambios neurodegenerativos tempranos. Nuestro grupo de investigación ha explorado el valor de combinar la microperimetría de la retina con el test MoCA, como método de cribado cognitivo, con el objetivo de identificar de manera precoz a pacientes de edad avanzada que podrían presentar un mayor riesgo de dificultades en el manejo de la monitorización continua de glucosa (MCG). Tabla 1.

La valoración del estado cognitivo debería incorporarse en el gabinete de cribado de complicaciones de personas mayores con diabetes, del mismo modo que se revisa la función renal o la presencia de retinopatía.

Tecnología y cerebro: DM2 y MCG

La MCG ha revolucionado el control de la diabetes al ofrecer información en tiempo real sobre la glucemia, reducir el riesgo de hipoglucemias y mejorar la confianza del paciente. No obstante, en personas mayores con DCI, la errónea interpretación de los datos o problemas derivados del exceso de información pueden ver comprometida la calidad de vida o el control glucémico del paciente.

Algunos pacientes no son capaces de interpretar correctamente toda la información que ofrece la MCG, lo que limita los beneficios de la tecnología. Otros dependen de un cuidador para escanear el sensor o tomar decisiones terapéuticas.

Es por ello, que surge la necesidad de realizar un enfoque individualizado:

  • En pacientes con buena función cognitiva, la MCG puede ser un aliado poderoso.
  • En aquellos con DCI, se requiere un acompañamiento educativo estructurado, y en algunos casos, la implicación activa de familiares o cuidadores.
  • La elección de la tecnología no debe ser automática, sino valorada en función de las capacidades cognitivas (con una previa valoración de la función cognitiva) y del entorno de apoyo, individualizando así cada situación.

El papel de la educación y de la enfermera educadora en diabetes

La educación terapéutica es un pilar esencial en el manejo de la diabetes, y su importancia es aún mayor en pacientes con deterioro cognitivo incipiente (DCI). Contar con un sensor de glucosa es solo el primer paso; el verdadero aprendizaje consiste en saber usarlo, interpretarlo y transformar la información en decisiones seguras para el día a día. En este proceso, la enfermera educadora desempeña un papel fundamental como guía y apoyo. Algunas estrategias prácticas incluyen:

  • Adaptar la educación a las capacidades cognitivas del paciente.
  • Simplificar tratamiento, mejorando así su adherencia.
  • Reforzar el aprendizaje mediante programas de educación estructurados.
  • Implicar al cuidador principal en todo el proceso para garantizar un cumplimiento del tratamiento efectivo.
  • Establecer objetivos realistas y personalizados, adaptados a las necesidades del paciente, priorizando la minimización de las hipoglucemias.

Los estudios muestran que los programas de educación estructurada en pacientes de edad avanzada y con deterioro cognitivo permiten mantener mejor el control glucémico, reducir hipoglucemias y mejorar la calidad de vida (8,9).

LA EDUCACIÓN TERAPÉUTICA ES UN PILAR ESENCIAL EN EL MANEJO DE LA DIABETES, Y SU IMPORTANCIA ES AÚN  MAYOR EN PACIENTES CON DETERIORO COGNITIVO  INCIPIENTE

Recomendaciones prácticas

Las guías clínicas más recientes recomiendan objetivos menos estrictos de control glucémico en pacientes mayores con DCI o fragilidad (10). Debe ponerse prioridad en evitar hipoglucemias y en preservar la autonomía y la calidad de vida, más que en alcanzar un rango glucémico muy ajustado.

El abordaje de estos pacientes requiere un enfoque multidisciplinar, en el que endocrinólogos, enfermeras y médicos de atención primaria trabajen de manera coordinada, con la participación activa de los cuidadores y del propio paciente para garantizar un manejo seguro y personalizado.

 

Conclusiones y puntos clave

  • La DT2 acelera el deterioro cognitivo, especialmente en personas mayores.
  • El cribado precoz mediante herramientas como MoCA y microperimetría de la retina son clave para adaptar e individualizar el tratamiento.
  • La hipoglucemia constituye un factor crítico y de prioridad en este proceso.
  • La MCG, junto con educación estructurada, puede aportar seguridad y autonomía.
  • El abordaje multidisciplinar garantiza una atención individualizada y de calidad.

 

Bibliografía

  1. Biessels GJ, Strachan MW, Visseren FL, et al. Dementia and cognitive decline in type 2 diabetes and prediabetic stages: towards targeted interventions. Lancet Diabetes Endocrinol. 2014;2(3):246–55.
  2. Cukierman T, Gerstein HC, Williamson JD. Cognitive decline and dementia in diabetes: systematic overview of prospective observational studies. Diabetologia. 2005;48(12):2460–9.
  3. Crane PK, Walker R, Hubbard RA, et al. Glucose levels and risk of dementia. N Engl J Med. 2013;369(6):540–8.
  4. Moran C, Beare R, Phan TG, et al. Type 2 diabetes mellitus and biomarkers of neurodegeneration. Neurology. 2015;85(13):1123–30.
  5. Exalto LG, Whitmer RA, Kappele LJ, Biessels GJ. An update on type 2 diabetes, vascular dementia and Alzheimer’s disease. Exp Gerontol. 2012;47(11):858–64.
  6. Nasreddine ZS, Phillips NA, Bédirian V, et al. The Montreal Cognitive Assessment, MoCA: a brief screening tool for mild cognitive impairment. J Am Geriatr Soc. 2005;53(4):695–9.
  7. Simó-Servat O, Ciudin A, Ortiz-Zúñiga ÁM, Hernández C, Simó R. Usefulness of Eye Fixation Assessment for Identifying Type 2 Diabetic Subjects at Risk of Dementia. J Clin Med. 2019 Jan 8;8(1):59. doi: 10.3390/jcm8010059. PMID: 30626106; PMCID: PMC6352169.
  8. Trento M, Basile M, Borgo E, et al. A structured teaching and self-management program for people with type 2 diabetes and cognitive impairment. Diabetes Educ. 2015;41(6):789–96.
  9. Munshi M, Hayes M, Iwata I, et al. Implementation of a tailored diabetes education and management program for older adults. J Am Geriatr Soc. 2013;61(9):1568–73.
  10. American Diabetes Association. Standards of medical care in diabetes—2024. Diabetes Care. 2024;47(Suppl 1):S1–S194.